martes, 4 de noviembre de 2008

El ingeniero textil con alma de artista: Andrés Sardá

Ana Pizarro (Madrid)
En los 60 llegó el color a la ropa interior, en los 70 se recortaron las fronteras del escote y en los 80 se incorporó el encaje de seda. Una lección de historia vivida en primera persona por un genio: Andrés Sardá.

Recién casado con su mujer Ana Sagalés y con la maleta acuestas embarcó hacia las Américas. Su negocio familiar de mantillas había comenzado a descender debido a que las mujeres dejaban de tener la obligación de ir a misa con este lujoso pañuelo prendado en su cabello.

“Una de esas piezas fue inmortalizada junto a la estilosa Jacqueline Kennedy, en la portada de una famosa publicación de la época” recordaba el diseñador con orgullo. Pero sin duda, un día tuvo una revelación: se dio cuenta que el uso de nuevos materiales revolucionaría esos trozos de tela que tanto adoraban las mujeres: la ropa interior.
Fue uno de los pioneros en utilizar la lycra en estas prendas y el que primero que utilizó el término de ropa íntima. Trabajó para conseguir sacar el lado más femenino de la mujer y que su lencería fuera más un objeto de culto que una ortopedia. De hecho, lo primero que hizo no fue coger hilo y aguja, sino que abordó lápiz y papel y se fue a consultar con un médico especialista para que le explicase cuál era la forma y la compleja naturaleza del pecho femenino.
Primero buscó los porqués, y luego a idear las siluetas perfectas con la ayuda del diseño. “Un sujetador consta de más de 30 referencias diferentes, y la clave está en el escote, el cual tiene que aguantar y distribuir el peso”.

Luchó con contra la censura, ya que en la época no se podía decir faja y mucho menos sostén, por tanto se las ingeniaba para anunciar sin decir estos términos con eslóganes como : "La razón oculta". Fue en 1962 cuando fundó junto a sus hermanos “Eurocorset”, la empresa dedicada a la producción de prendas de baño y lencería, después nacería Risk, su primera marca. En los 70 fue University , y en los 80, Andrés Sardá la firma de lujo.
En la actualidad tiene cuatro tiendas propias, desfila cada temporada en la madrileña Pasarela Cibeles y sus colecciones se venden en más de 20 países, un logro que agradece al público ya que es el que tiene la última palabra. Su filosofía: "la mejor publicidad son las cosas bien hechas".

Sin duda, es uno de nuestros maestros diseñadores nacionales, con una larga trayectoria profesional dedicada a la mujer, a realzar su figura y crear un concepto nuevo de lencería; una prenda delicada, cuidada al máximo detalle, que marca tendencia y que puede hacer sentir a una mujer, ser la más deseada del planeta. Revolucionario y artista ha sabido dar cada momento en el clavo con las ilusiones femeninas y las fantasías masculinas.

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