martes, 9 de diciembre de 2008

Juan Diego Botto, un actor todoterreno

Mònica Faro (Madrid)
Interpreta en los cines al inquisidor Niño de Guevara de El Greco y, tras una larga gira por España, Juan Diego Botto protagoniza y dirige, en el Teatro María Guerrero, a Hamlet. La historia de un padre asesinado y la búsqueda de justicia, muy parecida a la que él ha vivido desde que abandonó la capital argentina junto a su familia para exiliarse en Madrid.

Nació en Buenos Aires en 1975 y es hijo de la actriz y profesora de interpretación Cristina Rota. Una herencia artística que con su talento le ha llevado a convertirse en uno de esos actores que no se conforman con transmitir sólo en los escenarios. También es un ciudadano comprometido y no duda en pronunciarse en polémicas. Habla abiertamente del caso Albéniz; firmó una carta dirigida al presidente del Gobierno para solicitar la creación de un centro por la paz y la memoria en la antigua cárcel de Carabanchel; apoyó un manifiesto en favor de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente. Un sinfín de reivindicaciones que demuestran que es un actor con principios sólidos y que no olvidan, en ningún caso, la defensa de la cultura.

Su padre fue una de las treinta mil víctimas del terrorismo de Estado llevado a cabo por la dictadura militar Argentina. Por ello, además de por la militancia política democrática de su madre, tuvo que exiliarse en España cuando tenía cuatro años. Desde entonces ha forjado una larga filmografía de más de 40 películas. No sólo como actor, si no que también ha estado detrás de las cámaras: en 2004 dirigió el cortometraje Doble Moral, que formaba parte de ¡Hay motivo!, un conjunto de cortos reivindicativos donde también dirigían Icíar Bollaín o David Trueba (una vez más mostrando su lado más activista).

Juan Diego Botto tiene también una larga trayectoria en el mundo del teatro: debutó como dramaturgo en El privilegio de ser perro. Ahora le podemos ver en Madrid, en el Teatro María Guerrero, dirigiendo e interpretando a un personaje de Shakespeare. Hamlet, que con su “To be or not to be” se ha convertido en el portavoz de una frase inmortal, de las más representadas tanto en las tablas como en la gran pantalla. Una obra que, a pesar de haber sido escrita hace más de cuatro siglos, todavía nos hace reflexionar sobre la traición o la venganza.

El montaje de Juan Diego Botto gira sobre tres ejes: la corrupción que deriva del poder, las relaciones familiares y la justicia postergada. Un trabajo que ha querido de llenar de dinamismo y en el que, según dice, ha recuperado el sentido del humor que tiene la obra.

En definitiva, un actor que a sus 34 años ha tocado todos los palos, ha sido nominado cuatro veces al Goya y, lo mejor de todo, no se conforma con nada y lucha cada día como ciudadano y como profesional. Un dato más: próximamente le veremos de nuevo en la gran pantalla en "La mujer del anarquista", una producción hispano-francesa dirigida por Peter Sehr y Marie Noëlle y en cuyo reparto encontramos también a Ivana Baquero, Nina Hoss, Pere Arquillué, Biel Durán, Irene Montalá, Adriá Collado, Laura Morante e Irene Visedo.

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